22 febrero 15
Abrigo mis sospechas de que (aunque cómo y cuándo, no puedo imaginarlo), Esquemeling debe haber podido hojear aquellos preciosos volúmenes, y de que de ellos ha sacado plumas más brillantes con que ha adornado a su héroe, el capitán Morgan. Pero eso es cosa sabida, y la recuerdo sólo a manera de advertencia para que al hablar yo aquí del episodio de Maracaibo, los que hayan leído a Esquemeling no atribuyan a Henry Morgan las hazañas que en realidad ejecutó Pedro Blood.
El capitán Blood, Rafael Sabatini
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