9 julio 14
Si nuestras percepciones son realmente construcciones mentales condicionadas por experiencias pasadas y expectativas actuales, entonces aquello en lo cual nos enfocamos y la forma como nos enfocamos se vuelven factores importantes en la determinación de nuestra experiencia. Y cuanto más profundamente creamos que algo es cierto, más posible será que se vuelva cierto en relación con nuestra experiencia. De tal manera que si creemos que somos débiles, estúpidos o incompetentes, entonces no importa cuáles sean nuestras verdaderas cualidades, o cuán diferentemente nos vean nuestros amigos o socios, nosotros mismos nos veremos y nos sentiremos débiles, estúpidos e incompetentes.
¿Qué pasa cuando comenzamos a reconocer que lo que experimentamos es nuestra proyección de las cosas? ¿Qué ocurre cuando comenzamos a perderle el miedo a la gente que nos rodea o a aquellas cosas que nos infundían terror? Pues, desde un punto de vista, nada; pero desde otro, todo.
Yongey Mingyur Rinpoche, La alegría de la vida, capítulo 6; El don de la claridad.
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