30 junio 14
“Si caminas con prisa no llegarás a Lhasa. Camina despacio y llegarás a tu meta”, dice un adagio tibetano. Este proverbio viene de aquellos días en que la gente de la parte oriental del Tíbet hacía peregrinajes a Lhasa, la capital, en la región central del país. Los peregrinos que deseaban llegar rápido caminaban a toda velocidad, pero debido al paso que se imponían, se cansaban o enfermaban y tenían que devolverse a casa. Mas aquéllos que viajaban a un paso mesurado, acampaban durante la noche, disfrutaban de la compañía de otras personas y después continuaban al día siguiente, llegaban a Lhasa más pronto.
La alegría de la vida, capítulo 2; Yongey Mingyur Rinpoche
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