Leído 15 marzo 13
En el ciclo normal de socialización adulta, cabe presumir que una experiencia de alienación y mortificación acarree una serie nueva de creencias acerca del mundo y una nueva manera de concebir los yoes. En el caso del paciente de un hospital psiquiátrico, este renacimiento ocurre algunas veces, bajo la forma de una profunda fe en la perspectiva psiquiátrica, o, al menos fugazmente, de una entusiasta adhesión a la causa social de un trato más humano para los enfermos mentales. Pero la carrera moral del paciente presenta un interés intrínseco y singular: ilustra, en efecto, la posibilidad de que, al desechar las vestiduras del antiguo yo —o al perderlas, arrancadas a tirones por manos ajenas— la persona no sienta necesidad de procurarse una nueva túnica y un público nuevo ante el cual inhibirse. Que por el contrario aprende a cultivar, al menos por un tiempo, ante todos los grupos, las artes amorales de la desvergüenza.
Goffman, Internados. ensayos sobre la situación social de los enfermos mentales
No hay comentarios:
Publicar un comentario