sábado, 7 de marzo de 2015

La alegría de la vida


Leído 7 julio 14

Asimismo, las elecciones que hacemos en nuestra vida diaria tienen un efecto relativo y ponen en movimiento causas y condiciones que crean inevitablemente consecuencias en el ámbito de la realidad relativa. Las elecciones relativas son como las piedras que lanzamos a un estanque. Aun si la piedra no llega muy lejos, dondequiera que sea, del sitio donde caiga se extenderán ondas concéntricas. No hay manera de que esto no ocurra (a menos, claro, que su puntería sea realmente mala y que la piedra, en vez de caer al estanque, dé contra la ventana del vecino, en cuyo caso las consecuencias serán totalmente distintas).
De la misma manera, las ideas que usted tiene de sí mismo —“no soy lo suficientemente bueno”, “soy demasiado gordo” o “ayer cometí un error horrible”, tienen como base causas y condiciones previas. Tal vez no haya dormido bien la noche anterior, o alguien haya dicho más temprano ese día algo que a usted no le gustó, o simplemente usted tenga hambre y su cuerpo necesite a gritos vitaminas y minerales para poder funcionar bien. Algo tan sencillo como la falta de agua puede causar fatiga, dolores de cabeza e incapacidad para concentrarse. Muchas cosas pueden determinar la naturaleza de la experiencia relativa sin cambiar la realidad absoluta de quién es usted.

La alegría de la vida, capítulo 5. La relatividad de la percepción, Yongey Mingyur Rinpoche

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