sábado, 7 de marzo de 2015

Los constructores de catedrales

Recuperado 11 febrero 15

En 1112 en Laón, tres meses después del incendio que había asolado la catedral, siete canónigos y algunos laicos partieron con las reliquias salvadas del siniestro: un jirón de la camisa de la Virgen, un fragmento de la esponja de la Pasión, un trozo de la verdadera Cruz. Visitaron sucesivamente Issoudun, Tours, Angers, Le Mans y Chartres, y regresaron en el otoño con los fondos que esperaban alcanzarían para la reconstrucción de su catedral; sin embargo, éstos pronto se agotaron, y para la primavera de 1113 se decidió organizar una segunda gira de las reliquias, esta vez allende el mar. Se dirigieron a Inglaterra, para lo cual llegaron al mar en Wissant, habiendo pasado por Arras y Saint-Omer. La travesía no fue de ningún modo descansada: los piadosos viajeros fueron robados por flamencos, mercaderes en paño, y atacados por piratas. LLegaron, no obstante, con vida a Dover, desde donde visitaron Canterbury, Winchester, Salisbury y Exeter. Regresaron al cabo de siete meses con fondos suficientes como para que la iglesia pudiese ser consagrada el 29 de agosto de 1114.
Pero el culto de las reliquias trajo consigo abusos. Se exhibieron algunas cuya autenticidad era más que dudosa. Ante esos excesos la Iglesia se conmovió y en el Concilio de Letrán de 1215 prohibió la veneración de un objeto sin su permiso expreso.


Los constructores de catedrales, Jean Gimpel

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